DON JUAN

DE MOLIERE / DIRECCIÓN JEAN VILAR

INTERNACIONAL


DON JUAN
Comedia en 5 actos de MOLIERE

Elementos escénicos y trajes de León Gischia
Puesta en escena por Jean Vilar
Música de Maurice Jarre

Personajes e interpretar

Don Juan: Jean Vilar
Sganarelle: Daniel Sorano
Elvire: Monique Chaumette
Gusman: Georges Riquier
Don Carlos: Jean Topart
Don Alonso: Coussonneau
Don Luis: Georges Wilson
Charlotte: Xanie Campan
Mathurine: Christiane Minazzoli
Pierrot: Jean-Pierre Darras
La Statue du Commandeur: Philippe Noriet
La Violette: Coussonneau
Ragotin: André Schlesser
Monsieur Dimanche: Jean-Paul Moulinot
Un Pauvre: Georges Riquier
La Ramée: Philippe Noriet

Dirección Jean Vilar





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Don Juan – Análisis

Don Juan raptó a Elvira, con quien contrajo enlace en secreto y a quién luego abandonó. Ella lo persigue. Don Juan la espera de pie firme. Delante de Sganarela, su lacayo, explica su gesto profanador. Se burla fríamente de su esposa cuando viene a quejarse. Ya tiene otros proyectos: se propone raptar sobre una nave a una joven desposada. Esa expedición termina por un naufragio. Don Juan es salvado por un joven campesino cuya novia se deja engañar por las promesas de amor y de casamiento de Don Juan. Pocos instantes antes, otra joven campesina había caído víctima de las mismas promesas. Don Juan se halla frente a las dos mujeres a la vez, pero logra esquivarse con elegancia, mientras que unos hombres armados lo están buscando. Don Juan se oculta en un bosque con Sganarela, ambos disfrazados de médicos. Don Juan salva a un hombre atacado por tres ladrones: es uno de los hermanos de Elvira, Don Carlos. Llega otro hermano, Don Alonso. Carlos, generosamente se opone al duelo. Finalmente, Don Juan contempla, entre los árboles, a la estatua de un Comendador a quien mató tiempo atrás… y como desafío lo invita a cenar. La estatua, con un signo de cabeza acepta la proposición. Don Juan se dispone a cenar. Con prontitud se libra de un acreedor y luego de su padre. Pero Elvira, que renunció a todo propósito de venganza y al amor, vuelve al convento y suplica a Don Juan de pensar en su salvación. Por último, llega el Comendador. Don Juan, impasible, bebe a su salud. La estatua retribuye la atención de Don Juan invitándolo a su vez para el- día siguiente. Don Juan acepta. Una última fantasía, una última bravata: Don Juan, hipócrita, hace alarde de piedad. Engaña a su padre y elude el duelo con Carlos. Pero ya es demasiado. Surge nuevamente la estatua, lo toma por la mano y lo precipita en el interior de la tierra. Como oración fúnebre, Sganarela le reclama su sueldo.

Octubre de 1957

Théatre National Populaire (TNP)





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