LOS MELLIZOS

DE PLAUTO. TRADUCCIÓN DE GUILLERMO THIELE / DIRECCIÓN CAMILO DA PASSANO

EN EL TEATRO


Con:
Ariel Absalón, Miguel Narciso Bruse, Cecilia Bullaude, Idelma Carlo, Juan José Edelman, Angela Ferrer Jaimes, Mario Giusti, Julio de Grazia, Bárbara Huguet, Martha Jaramillo, Lydé Lisant, Marisa Martinez Allende, Cristina Mur, Alejandro Oster, Jorge Rivera Lopez, Laura Saniez, Hilda Suarez, Trío “Los Atlas”

Fotos: Chaure
Traspunte: Juan Carlos Bettini
Apuntador: Angel Bueno
Figurines: Carlota Beitía
Coreografía: Renate Schottelius
Música: Valdo Sciamarella
Escenografía: José Bonomi
Peluquería: Casa Forno
Utilería: Ottonello

Dirección: Camilo Da Passano





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( 1957) – Texto programa de mano

“La “De los jóvenes mellizos”, con la circunstancia de aparecer alternativamente a personajes que los confunden, para los que el “quid pro quo” constante origina situaciones engorrosas, es tan remota fábula que el romano Plauto la extrajo del griego Menandro. Este, trescientos, y el otro doscientos años antes de Cristo; después en el curso de épocas sucesivas fue armazón cómica de numerosas paráfrasis. Acaso la versión más cercana a nosotros haya sido la del humorista francés Tristán Bernard, quien en “Los gemelos de Brighton” ajustase en forma de vodevil a las situaciones plautinas. Ya en 1705 Regnard había incorporado el cañamazo de tan divertido enredo al género elegante de la comedia, sustrayéndole a las gruesas y crudas farsas de índole popular, inspirándose, por lo demás, en el sesgo satírico común al cardenal Bibiena en la “Calandria” y. al Trissino en “Simillini”, autores ambos pertenecientes al cinquecento itálico, si bien eludiendo Regnard la innecesaria densidad del argumento del uno y la afectación literaria del otro.

Acaso tuvo a su alcance también la asaz libre traslación llevada a cabo mediante “La comedia de las equivocaciones (“Cemedy of errors”) escrita al final del 1500, donde el genio shakesperiano, a los fines de embrollar la madeja, añade un par más de mellizos, pero aun así el modelo todavía más probable para Regnard, fueron “Los Menechnies” de Rotrou; Ya se ve cómo, al igual que el avatar de “Ánfitrión”, sellado por Giraudoux con una fecha, comedia que cuenta también con Sosias, las refundiciones de “Los Menechmes” pudieron señalarse con una cifra de impronta para cada tiempo. En Menandro, por vía de Terencio, y en Plauto, no desdeñaron Aaron: abrevar Shakespeare y Moliére, prueba de riqueza de elementos.

Volver al texto original de Plauto, en esta traducción especial de Guillermo Thiele, importa regresar a la fuente prístina, en procura de la lozanía candorosa de los públicos de bajos estratos romanos, proclives a la risa abierta e inocente. Tal la inquietud que está en el esencial propósito de la Comedia Nacional, deseosa de completar la órbita cultural y artística de su repertorio con acudir a la neta y pueril farsa clásica, dotada de esa vida pululante de una civilización pretérita que se refleja en la malicia de amos altivos, siervos ladinos y parásitos pintorescos, en medio de malentendidos, recelos y celos.”





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