Cuando Juegos a la hora de la siesta fue escrita en el 75 su autora Roma Mahieu no imaginó que le costaría el exilio. La obra ponía en evidencia la arbitrariedad de la Justicia, la perversidad del Ejército y la Policía, la falsedad de los que se llaman cristianos. Fue prohibida con un contundente y escueto Decreto N° 15 del 9 de enero de 1978 firmado por Videla y Harguindeguy.
Metáfora de la violencia de la sociedad a través del juego de ocho niños nos llega hasta hoy y se actualiza mostrando el funcionamiento de un orden simbólico de carácter patriarcal, autoritario y represor, instalado en la memoria colectiva desde la infancia. Juego macabro que nos enfrenta con la discriminación, la exclusión y la intolerancia ante lo diferente en el mundo de los adultos. Juego que alude a la violencia masculina ejercida sobre el cuerpo femenino transgresor. Juego que nos interroga sobre la esencia del entrenamiento de la masculinidad a través de la guerra, del despojo, de la competencia por el poder. Juego que nos revela a niños recurriendo a la violencia como primer recurso para resolver los conflictos. Juego de un mundo de oídos sordos, donde el sálvese quien pueda predomina.
Desde el comienzo me propuse conducir un proceso de construcción que fuera opuesto al universo en que se movían los personajes. El entrenamiento tendió a la formación del grupo, donar la energía de cada uno para generar la energía grupal de donde cada uno se alimentara, ver al otro que nos confronta y nos cuestiona, que nos interroga y nos despierta, como compañero y cómplice. Lograr encontrarnos desde formaciones actorales diversas en un trabajo en común para llegar en una sola construcción artística. Trabajo y más trabajo mancomunado para dar vida a esta creación que como un edificio de concreto fue apareciendo piso por piso.
Conocía algo de Santiago del Estero a través de un taller para actores que había coordinado el año anterior. Sabía que para los actores implicaba comenzar un trabajo distinto al habitual ya que no habían transitado un camino de entrenamiento corporo-vocal afín al que yo les proponía. El trabajo fue muy exigente para todos, el desafío enorme. Fue un proceso rico en aprendizaje. Hoy compartimos el resultado con ustedes, un producto que juntos construimos desde el diálogo, desde el respeto y desde el amor. Estoy enormemente agradecida por la confianza que me brindaron, por la entrega y el esfuerzo de esos 8 actores y por la cordialidad del Subsecretario de cultura con el que compartimos poesías, empanadas y chacareras en los patios de tierra de Santiago.
María del Carmen Sanchez
Notas: