El Teatro Nacional Cervantes anuncia los resultados de la convocatoria para formar parte del programa federal Produce en el país 2023. Sobre un total de 109 proyectos presentados, los siete seleccionados a realizarse son:
Otilia Buenaventura proyecto de Luis Serradori (Monte Caseros, Corrientes)
Los establos de Su Majestad proyecto de Víctor Arrojo (Las Heras, Mendoza)
Cueva caliente, mientras los filósofos duermen proyecto de Paco Giménez (Ciudad de Córdoba)
Hedda Gabler proyecto de Edgardo Dib (Ciudad de Santa Fe)
De quién es el mar proyecto de Astrid Urban (Santa Rosa, La Pampa)
Los lugares cambian proyecto de Rodolfo Pacheco (San Salvador de Jujuy)
Deus Ex Machina proyecto de Ezequiel de Almeida (Mar Azul, Buenos Aires)
La curaduría externa estuvo a cargo de Chiqui González (Santa Fe), Maite Aranzabal (Río Negro), Carlos Leyes (Formosa), y la interna a cargo de la directora del TNC Gladis Contreras, del subdirector Jorge Dubatti y de la coordinadora del Programa Federal Dora Milea.
Texto del grupo de curadores a las autoridades del Teatro Nacional Cervantes en ocasión de remitirle el catálogo de pre seleccionados
El año 2022, recordará para nosotros, los curadores de esta convocatoria, un tiempo extenso y apasionado de labor, para que en el 2023, el Teatro Nacional Cervantes siga fortaleciendo su tarea federal, sin prejuicios, con enorme responsabilidad y belleza. Serán imágenes imborrables de un invierno teatral en el cuál, se presentaba ante nosotros el teatro argentino o al menos un movimiento complejo que tardó años en llegar hasta el ahora. Y llegó con los saberes de varias generaciones, desde las urbes, la montaña y el mar, los poblados, barrios, los teatros que dejaron de ser casas. Llegaron devenidos, sosteniendo otras ideas, cruzando y fusionando géneros hasta hacerlos nuevos. Por eso agradecemos al Teatro Nacional Cervantes haber aprendido tanto y agradecemos también a los postulantes por entregarnos una materia viva y a los miles de espectadores posibles, esperando cada acontecimiento, todos involucrados con la imaginación, las preguntas, los cuerpos transformándose, la inquietud de nuestra existencia y los designios de la vida social.
Durante años, el Teatro Nacional Cervantes, fue la sala histórica de la Ciudad de Buenos Aires. Los teatristas del país teníamos la oportunidad de recorrer sus salas, talleres, espacios, cada fiesta nacional, ya que era el centro receptor del país teatral. El más emblemático de los teatros porteños. Pero el tiempo pasó, y las gestiones se sucedieron, y las improntas fueron llegando, y el Teatro Nacional Cervantes comenzó a viajar a las comarcas argentinas más remotas. Su trabajo de federalización ha sido y es un ejemplo de equidad y democratización cultural. “Produce en el país” promueve nuestro desarrollo sin que perdamos situación. Fuera de su sede central y en armonía con distintos organismos e instituciones provinciales y municipales. Un trabajo que suma al fomento de la producción de espectáculos en todo el territorio, por parte de colectivos con proyectos destacados, en el lugar donde ejercen su tarea artística. Un apoyo decisivo que hace escuela de gestión teatral, y estimula al trabajo sinérgico.
Decidir, luego de cada convocatoria, cuáles serán los proyectos apoyados, no comporta solamente un análisis presupuestario, sino principalmente, el estudio de más de cien carpetas llenas de sueños, emociones, estudio y trabajo. Ilusiones. No solamente de lograr financiación, sino también y principalmente, de llevar el sello del prestigio de la casa teatral de todes. De ingresar a esa experiencia de producción y nutrirse de técnica, aportes y guías de la más alta idoneidad. Y se vuelve, claro, una labor compleja. Porque entre tantos sueños llegan al estudio diversidades, clásicos, identidades propias, géneros y búsquedas que conmueven. Tecnologías, disrupciones, relatos reales y no tanto. Denuncia, política y drama. Comedia, sinsabores y desequilibrios. Porque Argentina es rica en teatro. De norte a sur, de este a oeste, los colectivos se movilizan y crean, y proponen. Dibujan, escriben, diseñan, y se ilusionan.
Hemos hecho el mejor esfuerzo, orgulloses de la creatividad y el compromiso de buscadores teatrales que desean contar desde su lugar, alguna historia teatral. Toda decisión, en este contexto de talentos, siempre será escasa. Lo que no es poco, es tener un Teatro Nacional Cervantes incluyendo, saliendo del centro, para jugar en todo el territorio, pleno de periferias.
Desde la perspectiva de curadores de tal cantidad de proyectos recomendaríamos a futuro otorgar más tiempo para la tarea que creemos así lo amerita. Y por otra parte sugeriríamos homologar más los criterios de admisión dramatúrgica en el sentido de que todas sean dramaturgias terminadas al momento de la postulación, creemos que colaboraría con la claridad en la preselección que los materiales se presenten en igualdad de condiciones.
Lo maravilloso de este proceso de selección, es la multiplicidad y su complejidad, la manera en que impacta en las propuestas, el territorio, las edades y formaciones artísticas, más las fusiones de distintos campos creativos que buscan lo nuevo entre lo cotidiano y lo simbólico, en la dramaturgia y también en la relación con los espectadores. Aparece muy claramente la búsqueda de la diferencia sexo/ genérica, los movimientos sociales, el feminismo, el trabajo perdido, la resistencia, el pasado de lucha y el futuro incierto. Se acentúa una nueva concepción de género y hay cruce con la danza, las tecnologías, el mundo de la imagen y el cine, la experiencia sensorial, la presencia de la muerte y los caminos sin final que propone imaginar, para darle tiempo y espacio a lo posible y lo imposible.
Queda en debate de qué manera presentar las dramaturgias en esta selección, ya que al hecho dramático y su estructura, se ha llegado por caminos azarosos e inesperados y esta posición tiene consistencia en la escena nacional de las distintas provincias.
Existen muchas presentaciones que necesitan desarrollo como si no hubieran pasado por el cuerpo, pero ya contienen vibración y posibilidades. Se evidencia, también, una insistente necesidad de hablar de sí mismos en la temática, cuando la propuesta se mueve forzada hacia otra parte.
Imposible olvidar bellas plantas de luces, algún sonido inquietante, y presentación de vestuarios con manejo de lo dramático, la metáfora, la figurabilidad y los materiales que los harían posibles, mientras la puesta en escena suele presentarse muy desdibujada, como no pudiendo nacer del acto que la impulsa, en este momento del proceso creativo.
A todos felicitaciones y gratitudes. Este grupo de compañeros que estuvo todo un invierno con Udes. les desea lo mejor a cada grupo, unas producciones potentes y llenas de revelación y de rebelión dramática.
Maite Aranzanbal
Chiqui González
Carlos Leyes
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