(1947) – Texto programa de mano

“El comediógrafo Roberto A. Vagni, que inaugura la temporada oficial de este teatro con su nueva producción dramática “Camino Bueno”, dos años atrás, y en esta misma sala, enriqueció el acervo teatral argentino con la obra “Tierra Extraña”, pieza de probados valores en factura y contenido, que por tales cualidades, mereció entonces el consenso unánime del público y de la prensa. Se dijo en aquellos días que se trataba de una obra de recia y enjundiosa contextura, y de la aparición de un autor que demostraba ser más que una promesa; este vaticinio se ha cumplido al poco tiempo, pues si “Tierra Extraña” fue considerada entonces como una acabada expresión del norte santafesino, donde el autor reflejaba en vívidas escenas, dolorosas y pintorescas, la existencia azarosa de los obrajes, en “Camino Bueno”, la obra presente, Vagni, por sobre la anterior, evidencia un extraordinario sentido conceptivo en el enfoque temático, ya que este persigue una finalidad superior a la de presentar ambiente, tipos y costumbres enraizadas a un asunto simplemente regional. En “Camino Bueno”, a través del rasgo costumbrista, en ágil desarrollo, dentro de un vasto núcleo de personajes plasmados en substancias de su propio medio, Vagni realiza una obra de acendrada unción humana. Vibra en sus escenas finales el acento profético. La hora jubilosa de esta nueva Argentina, que crece en obra y pensamiento, por presión de sus energías, sus ideas y sus sentimientos históricos revitalizados, laten en toda la extensión de “Camino Bueno”. Es una comedia del momento, lo que no obsta para que por su con-tenido mantenga su supervivencia en el tiempo. El teatro, órgano esencial en la existencia de un pueblo, no podía substraerse a la fecunda influencia de la revolución que salvó el destino de la Patria. “Camino Bueno” inicia un movimiento; el que ha de acompañar en el campo del arte escénico la labor transformadora del Excelentísimo Señor Presidente de la República, General Juan Domingo Perón, y que en este aspecto condensa la exacta síntesis: “La tierra debe ser del que la trabaja”.