Con: Claudio Martínez Bel, Enrique Federman
Producción ejecutiva y asistencia: Alejandra Montero
Música: Jorge Valcarcel
Diseño de iluminación: Tato Latorre
Diseño de vestuario y escenografía: Adriana Estol
Dirección: Eduardo Gondell
La idea de esta obra para el público infantil, (que siempre viene acompañado por adultos, y a los dos está destinado este espectáculo), es que, con la excusa de los payasos y con mucho humor, se pueda hablar de la relación que tiene un niño con su padre y viceversa.
Con una fuerte presencia de un lenguaje musical que sirva como soporte de las rutinas por un lado y dándole apoyatura dramática a las escenas que requieren un contenido emocional por demás importante.
Un teatro despojado de aparatos, canciones, bailes, participación.
Que tenga como eje la actuación al servicio del cuento.
Un padre y su hijo que se quieren, que se miran, que se miman, se pelean, trabajan, se equivocan, rien, lloran, se abrazan… quizás, y me acabo de dar cuenta, lo que hubiera querido sea con mi padre, o lo que fue, o lo que debió ser, no lo sé.
Dos actores. Dos valijas. Dos vestuarios. Dos narices.
Una banda sonora importante.
Y por supuesto otros que como yo se enamoren de esta idea.