Cervantes Federal – Programa Federal de Coproducciones – Tucumán
Espectáculo estrenado el 21/05/2006 en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Realiza 2 meses de gira por distintas localidades de la provincia. Se presenta en la sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes del 17 al 27 de agosto.
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La mirada del director

Cuando en el invierno de 1954, un recordado profesor de Literatura Española del Colegio Nacional de la Plata me encomendara la lectura de La casa de Bernarda Alba como tarea de vacaciones, estaba lejos de imaginar la cálida relación que habría de tener con García Lorca en el futuro. Aquella lectura dio sus frutos, eran otros tiempos, tiempos en que los profesores orientaban y los alumnos leían. Aquel mundo de “mujeres enceladas por un palomo ladrón” me sorprendió sin que tuviera muy claro el porque. Años después en el teatro San Martín vi a Luisa Vehil que, con su inconfundible voz, me acercaba una Rosita que con su levedad me conmovía al decir: “nunca podrás entender, ni quitar esta mano oscura que no se si me hiela o me abrasa el corazón cada vez que me quedo sola”.
En mi tarea como director o  guionista tuve varios encuentros con su vida y  su obra pero quizás el más querible sea “Muchacho de Luna” (1987 canal 7) en donde los libros polémicos  y definitivos Ian Ginson me orientaron en esa recreación. Muchas puertas se abrieron después de la muerte de Franco y  la de Isabel García Lorca: Los amigos hicieron lo suyo y presentaron  “El Público”, se editaron los Sonetos del Oscuro Amor, y en ellos descubrimos un dolor espiritual consecuente con un intenso amor.
Cuando tuve la idea de hacerla la imagine como hoy la vamos a presentar. En ella creo que el tiempo es un personaje central con características despiadadas y crueles. Todo pasa como en una obra de Chejov y el tercer acto tiene mucho de las pérdidas del Jardín de los Cerezos. Las dos  son partidas con algo parecido a la muerte. Doña Rosita  muestra sus sentimientos y no tiene miedos. Lorca también al escribirla supero los suyos. Se había encontrado con su identidad que le permitió componer ese retrato preciso y melancólico de esta mujer de principios del siglo XX sumergida en una sociedad oscurantista, o esas hijas de Bernarda Alba,  sofocadas por ese amor que no pueden vivir.
Esta propuesta escénica esta planteada en una especialidad sin límites que es la memoria. Lorca y Rosita estarán para compartir miedos y angustias atrapados en una España que los ahoga. Vagan en el tiempo lejos de las convenciones para encontrar un sentido en ese pasado. Será un Lorca atravesado por esa sensibilidad femenina que expone Rosita al preferir vivir del recuerdo antes que aceptar una verdad que la destruya. Son dos hijos de Granada, que se buscan para entenderse y cobijarse antes de volver a ser dos sombras en el escenario.

Oscar Barney Finn

Notas:

La Nación