En la Patagonia de hoy la lucha popular por el agua, la preservación del ambiente y los derechos humanos enfrenta la avanzada del capitalismo más concentrado. Las tensiones territoriales se exacerban y crece la conflictividad en el choque de modelos de desarrollo económico y matrices culturales divergentes. Las disputas involucran a pueblos originarios, latifundistas extranjeros y argentinos, ecologistas “profundos”, gauchos casi mendicantes, pequeños agricultores, artesanos y feriantes, herederos de las comunas hippies de los ’60 y exiliados de las ciudades.