Los Corderos podría enmarcarse -teniendo en cuenta el peligro de que todo marco que se establece reprime pensamientos y encierra la libertad de ver algo de una manera distinta- en un costumbrismo perverso, en un realismo sin magia, terrenal y sucio. Una acción deliberada, pensada para ilustrar funcionamientos micropolíticos familiares cíclicos, inmutables, que se acaban y se cierran en sí mismos, puertas adentro. Pero no hay intención maniquea de aleccionar, premiar ni señalar en la presentación de estos personajes, ni en los sucesos que recorren la obra. Me gusta que el interés -o la empatía- del público pueda circular por estos cinco personajes, que no se quede anclado en ninguno en particular. No hay personajes positivos o negativos. Todos son corderos finalmente, todos merecen su momento de piadosa atención y clemencia. Como en otras obras mías, tanto el vestuario como la escenografía están situados en un cómodo y vistoso segundo plano. La escenografía es una pequeña ampliación de las ya usadas en Espía a una mujer que se mata, en Mujeres Soñaron Caballos y en tantas otras. Intento centrarme siempre en el trabajo con los actores, base sólida de cualquier experiencia teatral.
Daniel Veronese
Disponible desde las 20 h del 10/9 al 13/9 en CERVANTES ONLINE
Con Flor Dyszel, María Onetto, Gonzalo Urtizberea, Diego Velázquez, Luis Ziembrowski
Producción TNC Daniela Szlak
Producción en gira Maximiliano Libera
Diseño gráfico Verónica Duh / Ana Dulce Collados
Fotografía Gustavo Gorrini / Mauricio Cáceres
Asistencia de dirección Juan Doumeqc
Iluminación Sebastián Blutrach
Vestuario Valeria Cook
Escenografía Franco Battista
Dirección Daniel Veronese