Década del ’60. Una ciudad de provincia. Salo y Marcela, un matrimonio judío, levantaron juntos el negocio que los une: la zapatería. También los une algo más: la pasión y la posesión, el patrimonio, la familia. Aunque tal vez, la pasión no sea elemento a tener en cuenta a la hora de casarse: al menos eso pensaban los griegos. Salo muere de celos por Marcela y a Marcela la matan los celos de Salo. ¿Son los celos una prueba de amor? Todo el que ama cela, pero ¿todo el que cela, ama? En los días anteriores al Día de la Madre, Marcela se siente hundida en la maraña de historias paranoicas que su marido crea para ella. Hace mucho tiempo ya que dejaron de divertirla, hace mucho tiempo que la palabra enfermedad vino a suplir la palabra pasión. Hay una pistola dando vueltas para poner remedio a aquello que no lo tiene, o como dice el mismo Salo: “Con vos es mejor siempre tener una pistola cerca”, la cuestión es quién la usará contra quién.