¿Quién es quién? ¿Quiénes somos detrás de la máscara? ¿Qué somos capaces de hacer por amor?, son algunos de los interrogantes que me atraparon de esta comedia. En ella nadie es lo que parece ser, todos buscan desesperadamente algún tipo de amor y tratan de escapar, escondidos en disfraces carnavalescos, de las manos del destino.
Para el marco nos inspiramos en Escher, con sus juegos visuales donde tampoco nada es lo que es o lo que parece ser.
Un  laberinto   de situaciones con una sola salida: ser espejo de las ridiculeces que cometemos cuando nos inunda la pasión, mechad o con disquisiciones filosóficas sobre el valor de la palabra o sobre los peligros de la adulación constante.
Sobrio y contundente, Shakespeare nos regala esta comedia para pensar y divertirse, para sorprendernos y emocionarnos.
Bienvenidos a la fiesta y, como dice Feste, que sea para todos!

Claudio Hochman